jueves, 28 de noviembre de 2013

Evangelio según San Lucas 21,20-28.


Cuando vean a Jerusalén sitiada por los ejércitos, sepan que su ruina está próxima. 
Los que estén en Judea, que se refugien en las montañas; los que estén dentro de la ciudad, que se alejen; y los que estén en los campos, que no vuelvan a ella. 
Porque serán días de escarmiento, en que todo lo que está escrito deberá cumplirse. 
¡Ay de las que estén embarazadas o tengan niños de pecho en aquellos días! Será grande la desgracia de este país y la ira de Dios pesará sobre este pueblo. Caerán al filo de la espada, serán llevados cautivos a todas las naciones, y Jerusalén será pisoteada por los paganos, hasta que el tiempo de los paganos llegue a su cumplimiento. Habrá señales en el sol, en la luna y en las estrellas; y en la tierra, los pueblos serán presa de la angustia ante el rugido del mar y la violencia de las olas. 
Los hombres desfallecerán de miedo por lo que sobrevendrá al mundo, porque los astros se conmoverán. Entonces se verá al Hijo del hombre venir sobre una nube, lleno de poder y de gloria. Cuando comience a suceder esto, tengan ánimo y levanten la cabeza, porque está por llegarles la liberación".


"Alzaos, levantad la cabeza, se acerca vuestra liberación"

    
    "Las potencias de los cielos serán puestas en movimiento. " ¿A quién llama el Señor potencias de los cielos, si no a los ángeles, los arcángeles, los Tronos, las Dominaciones, los Principados y los Poderes? (Col 1,16) aparecerán visiblemente en el momento de la llegada del Juez...
    Entonces verán al Hijo del Hombre venir sobre las nubes con gran poder y majestad; como si claramente nos dijera: verán rodeado de gran pompa y majestad, al que no quisieron oír cuando se presentó humilde… estas palabras fueron dichas para los réprobos; pero para consuelo de los elegidos, dice:”Cuando empiecen a cumplirse estas cosas, levantad vuestras cabezas, puesto que se acerca vuestra redención”. Es como si la Verdad advirtiera claramente a sus elegidos diciendo: " en el momento en el que las desgracias del mundo se multiplican, regocijaos. Mientras se acaba el mundo, del que nunca fuisteis amigos, la redención que siempre deseasteis se acerca".
    Los que aman a Dios son invitados a regocijarse por ver acercarse el fin del mundo, porque encontrarán pronto el mundo que desean, cuando haya pasado aquel al que no están atados. Que los fieles que deseen ver a Dios, se abstenga bien de llorar por las desgracias que golpean el mundo, ya que sabe que estas mismas desgracias llegan su fin. Está escrito en efecto: "el que quiere ser amigo de las cosas de este mundo se hace enemigo de Dios" (Jc 4,4). El que pues no se regocija por ver acercarse el fin de este mundo, ése muestra que es su amigo, y de ahí da pruebas de ser enemigo de Dios.
    Más no sea así el corazón de los fieles, de los que creen que existe otra vida y los que, por sus actos, prueban que le aman... ¿En efecto, qué es esta vida mortal si no un camino? ¡Qué locura, hermanos míos, agotarse en el camino, no queriendo alcanzar el fin!...
Así, hermanos míos, no améis las cosas de este mundo, que, como vemos según los acontecimientos que se producen alrededor nuestro, no podrá subsistir por mucho tiempo.

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