jueves, 27 de junio de 2013

Evangelio según San Mateo 7,21-29.


No bastará con decirme: ¡Señor!, ¡Señor!, para entrar en el Reino de los Cielos; más bien entrará el que hace la voluntad de mi Padre del Cielo, aquel día muchos me dirán: ¡Señor, Señor!, hemos hablado en tu nombre, y en tu nombre hemos expulsado demonios y realizado muchos milagros, entonces yo les diré claramente: Nunca les conocí. ¡Aléjense de mí ustedes que hacen el mal!
Si uno escucha estas palabras mías y las pone en práctica, dirán de él: aquí tienen al hombre sabio y prudente, que edificó su casa sobre roca, cayó la lluvia, se desbordaron los ríos, soplaron los vientos y se arrojaron contra aquella casa, pero la casa no se derrumbó, porque tenía los cimientos sobre roca, pero dirán del que oye estas palabras mías, y no las pone en práctica: aquí tienen a un tonto que construyó su casa sobre arena, cayó la lluvia, se desbordaron los ríos, soplaron los vientos y se arrojaron contra esa casa: la casa se derrumbó y todo fue un gran desastre.»
Cuando Jesús terminó este discurso, la gente estaba admirada de cómo enseñaba,
porque lo hacía con autoridad y no como sus maestros de la Ley.



 “Poned en práctica la Palabra, no os contentéis con escucharla, eso sería engañaros”

    No os confundáis, hermanos, si habéis venido con diligencia a escuchar la palabra sin poner en práctica lo que oís. Pensad bien en ello; si bueno es escuchar la palabra, es mucho mejor ponerla en práctica. Si no la escuchas, si no practicas  lo que has oído, no construyes nada. Si la oyes y no la pones en práctica, construyes una ruina... escuchar y poner en práctica, es construir sobre  roca. Y el solo hecho de escuchar, es construir.

    En cuanto al que escucha estas palabras continua el Señor, y no las pone en práctica, es semejante al insensato que construye su casa. También él construye, pero ¿ qué construye? Construye su casa pero dado que no pone en práctica lo que oye, tiene buen oído, pero construye sobre arena...

    Puede que alguien me diga: “¿Para qué  escuchar lo que no tengo la intención de cumplir. Ya que construiré una ruina si escucho sin ponerlo en práctica, no es más seguro no escuchar nada?”. En este mundo, la lluvia, los vientos, los torrentes no cesan. ¿No es mejor construir sobre roca para que cuando vengan los torrentes, no te arrastren?... Sin protección y sin el menor tejado, vas a ser irremediablemente abatido, arrastrado, sumergido.  
    
    Reflexiona pues sobre el partido que vas a tomar. Es malo no escuchar, es malo escuchar sin actuar, resulta que hay que escuchar y poner en práctica. Sed personas que " ponen en práctica la Palabra, y no se contentan sólo con escucharla”; lo contrario sería engañarse.    



San Agustín 

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