miércoles, 28 de agosto de 2013

Evangelio según San Mateo 23,27-32.


¡Ay de ustedes, escribas y fariseos hipócritas, que parecen sepulcros blanqueados: hermosos por fuera, pero por dentro llenos de huesos de muertos y de podredumbre! 
Así también son ustedes: por fuera parecen justos delante de los hombres, pero por dentro están llenos de hipocresía y de iniquidad. ¡Ay de ustedes, escribas y fariseos hipócritas, que construyen los sepulcros de los profetas y adornan las tumbas de los justos, diciendo: 'Si hubiéramos vivido en el tiempo de nuestros padres, no nos hubiéramos unido a ellos para derramar la sangre de los profetas'! De esa manera atestiguan contra ustedes mismos que son hijos de los que mataron a los profetas. ¡Colmen entonces la medida de sus padres! 


“Señor, quita mi corazón de piedra”


    Amamos a Cristo como él nos ha amado. Nos ha dejado un ejemplo para que sigamos sus huellas(1P2,21).Porque él dice:“Ponme como un sello sobre tu corazón”(Ct 8,6), esto viene a decir: “Ámame como yo te amo. Llévame en tu espíritu, en tu memoria, en tu deseo, en tus suspiros, en tus gemidos y tus sollozos. Acuérdate, hombre en qué estado yo te he creado, cuánto te he elevado por encima de otras criaturas, con qué dignidad te he ennoblecido, cómo te he coronado de gloria y honor, cómo te he situado un poco inferior a los ángeles, y cómo todo lo he puesto bajo tus pies(Ps 8). Acuérdate no solo de todo esto que he hecho por ti sino de qué pruebas y qué humillaciones he sufrido por ti...Y tú, si me amas, muéstralo; no de palabra y de lengua, sino en acto y verdad...Ponme como un sello sobre tu corazón y ámame con todas tus fuerzas”...

    Señor, quita mi corazón de piedra, este corazón duro e incircunciso. Dame un corazón nuevo, un corazón de carne, un corazón puro(Ez 36, 26). Tú que purificas los corazones, que amas los corazones puros, toma posesión de mi corazón, ven y vive.

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