No se enciende una lámpara para cubrirla con un
recipiente o para ponerla debajo de la cama, sino que se la coloca sobre un
candelero, para que los que entren vean la luz. Porque no hay nada oculto
que no se descubra algún día, ni nada secreto que no deba ser conocido y
divulgado. Presten atención y oigan bien, porque al que tiene, se le dará,
pero al que no tiene, se le quitará hasta lo que cree tener".
“Se pone sobre el candelabro” (Mt 5,15)
No
hay nada más frío que un cristiano despreocupado por salvar a los hermanos. No
puedes, en este asunto, poner por pretexto tu pobreza: aquella que dio las dos
monedas ínfimas se levantaría para acusarte (Lc 21,2) También Pedro, que decía:
“No tengo ni oro ni plata.” (Hch 3,6) Y Pablo que era tan pobre que a menudo
pasaba hambre y le faltaba lo necesario para vivir (1 Cor 4,11) Tampoco puedes
excusarte con tu procedencia humilde: ellos también eran de condición modesta.
Ni la ignorancia sería una disculpa válida: ellos tampoco eran gente de
letras...Ni pienses alegar la enfermedad: Timoteo tenía frecuentes molestias de
estómago (1Tim 5,23)...Cualquiera puede ser útil a su prójimo si lo quiere de
verdad...
No digas que te es imposible restablecer en el buen
camino a los demás, porque si tú eres cristiano es imposible que esto no
suceda. Cada árbol lleva su fruto (Mt 17,17) y como no hay contradicción en la
naturaleza, tampoco lo hay entre lo que nosotros decimos y la verdad, porque es
inherente a la naturaleza del cristiano...Es más fácil que la luz se vuelva
tinieblas que el cristiano deje de iluminar a los demás.
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