En aquel tiempo, la gente se apiñaba alrededor de Jesús y Él se puso a
decirles: Esta generación es una generación malvada; pide una señal, y no se le
dará otra señal que la señal de Jonás.
Porque, así como Jonás fue señal para
los ninivitas, así lo será el Hijo del hombre para esta generación. La reina
del Mediodía se levantará en el Juicio con los hombres de esta generación y los
condenará: porque ella vino de los confines de la tierra a oír la sabiduría de
Salomón, y aquí hay algo más que Salomón. Los ninivitas se levantarán en el
Juicio con esta generación y la condenarán; porque ellos se convirtieron por la
predicación de Jonás, y aquí hay algo más que Jonás.
Meditación del Papa Francisco
Jesús en el evangelio de hoy habla de una
"generación perversa". No se refiere a las personas que lo seguían
con mucho amor, sino a los doctores de la ley que trataban de probarlo y
hacerlo caer en una trampa. Estas personas le pedían signos y Jesús les
responde que sólo se les dará la señal de Jonás. Existe sin embargo el
"síndrome de Jonás". El Señor le pidió que fuera a Nínive, y él huye
a España. Jonás tenía las cosas claras: la doctrina es ésta, se debe hacer esto
y los pecadores que se las arreglen, yo me voy.
Los que viven de acuerdo con este síndrome de
Jonás, Jesús los llama hipócritas, porque ellos no quieren la salvación de la
pobre gente, de los ignorantes y de los pecadores. El "síndrome de
Jonás" no tiene el celo por la conversión del pueblo, busca una santidad
de ‘tintorería’, toda hermosa, bien hecha, pero sin aquel celo de ir a predicar
al Señor. (S.S. Francisco, 14 de octubre de 2013, homilía en misa matutina
en la capilla de Santa Marta).
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